Jabón de Castilla

En la entrada de hoy vamos a explicar cómo hacer paso a paso un jabón de aceite, en concreto un jabón de Castilla.

En mi opinión es el mejor para introducirse en la elaboración de jabones, ya que el único aceite que necesitaremos es el aceite de oliva, por lo que la elaboración es muy sencilla.
Es un jabón apto para todo tipo de pieles, siendo ideal para casos de piel con sequedad, psoriasis y eccemas; produce una espuma muy ligera y es muy hidratante.

Existen multitud de marcas en el mercado que ofrecen jabón de Castilla, sin embargo, muy pocos de ellos contienen un 100% de aceite de oliva, sustituyendo un gran porcentaje por otro tipo de aceites como el de palma, coco...   Además, qué mejor forma de saber los ingredientes que usamos en nuestro día a día que elaborarlo nosotros mismos, así que... ¡a por ello!

Si no sabes cómo empezar a realizar un jabón te recomiendo que antes de nada leas la entrada "Elaboración de jabón. Jabón de sosa o de aceite", donde explico las precauciones que debemos tomar, los conceptos y el proceso para elaborar un jabón de aceite.

Para hacer nuestro jabón de Castilla necesitaremos:

- 300 gramos de aceite de oliva.
- 93 gramos de agua destilada fría.
- 38 gramos de hidróxido de sodio o sosa cáustica.

Estas cantidades están calculadas con un 8% de sobreengrasado para aportar un extra de hidratación a nuestra piel.

El lugar donde vayamos a realizar la elaboración del jabón deberá estar ventilado, o si no disponemos de un espacio adecuado cercano a una ventana, podemos hacerlo en la cocina debajo de la campana extractora encendida.
También necesitaremos una batidora de mano, una cacerola apta para el fuego, un molde de silicona, un termómetro y una cuchara para remover que no sea de aluminio (yo utilizo una varilla de vidrio).
Aquí tenéis todos los utensilios preparados:


Después nos pondremos las medidas de protección (guantes, gafas, mascarilla y delantal).
¡Ya estamos listos para empezar con la elaboración de nuestro jabón!

Pasos a seguir:

Echamos la sosa cáustica poco a poco en el agua (¡nunca al revés!) mientras removemos despacio. El agua adquirirá un color blanquecino y notaremos que la temperatura aumenta.



Seguiremos removiendo hasta que se disuelva toda la sosa en el agua; cuando no queden restos de sosa sin desolver habremos obtenido la lejía. Si medimos la temperatura podremos ver que es bastante alta, así que dejaremos que se vaya enfriando mientras seguimos con la elaboración.


Calentamos un poco el aceite, hasta que llegue más o menos a 40ºC (podemos ayudarnos con el termómetro para saber la temperatura).


Cuando ambos (lejía y aceite) hayan alcanzado los 40ºC será el momento de mezclarlos.
Echamos la lejía sobre el aceite (¡nunca al revés!).


Colocamos la batidora apagada en el fondo de la cacerola y batimos a velocidad baja.



Según se vayan mezclando la lejía y el aceite veremos que el color cambia; en las fotografías podéis ver el cambio.




Cuando hayamos obtenido una mezcla homogénea (la traza) apagamos la batidora; la consistencia de la mezcla será bastante líquida.


Vertemos la mezcla en el molde de silicona; podemos usar el molde que tengamos más a mano, yo he utilizado un molde de repostería, aunque sí que os recomendaría utilizar moldes individuales, ya que el jabón de Castilla es un jabón blando que al cortarlo más tarde en pastillas puede hacer que el cuchillo se agarre un poco al jabón y no nos quede tan bonito.
En mi caso no tenía moldes individuales limpios, así que tuve que hacerlo en este que veis.



Guardaremos el molde con la mezcla en un lugar seco y oscuro durante dos días para que endurezca.

Cuando haya pasado ese tiempo, veremos que el jabón ha endurecido y además ha cambiado su color a un tono mucho más claro:


Procedemos a desmoldarlo (saldrá fácilmente gracias al molde de silicona), y ya solo nos queda cortar el jabón en pastillas.



¿Podemos utilizar ya el jabón? ¡NO! el proceso de saponificación aún no ha acabado, y si lo usáramos ahora nos irritaría la piel una barbaridad, así que debemos dejar que cure durante cuatro semanas en un lugar seco y oscuro. Una vez haya pasado ese tiempo ¡ya podemos usar nuestro jabón de Castilla 100% natural y casero!

¿Alguna vez habéis utilizado o hecho este jabón? Podéis dejar vuestras opiniones y dudas en los comentarios :)



Comentarios

Entradas populares de este blog

Cera de abejas...¿emulsionante?

Hablemos de oleatos

Oleato de vainilla: usos, propiedades y elaboración